jueves, 11 de septiembre de 2014

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

ES UN CAMBIO QUE SE HACE EN LA UTILIZACIÓN DE INSTRUMENTOS HÁBILES  PARA MEJORAR LA VIDA DE LA NATURALEZA Y DE LA HUMANIDAD.

SE PUEDE DECIR QUE HACE PARTE DE LA ECONOMÍA AGRARIA, ARTESANAL Y QUE SE CREO EN LAS CONDICIONES PARA LA PRODUCCIÓN DEL CONSUMO DE MASA,POR LO TANTO A LLEVADO ACABO LAS TRANSFORMACIONES DE LAS MAQUINARIAS ,SE CONSIDERA ALGUNOS RASGOS QUE SE HAN SIDO  LOS MONTAJES  DE LAS FACTORÍAS.


COMO PODEMOS VER LA GENTE SE TRASLADAN DE LOS CAMPOS A LAS CIUDADES POR QUE HAN ENCONTRADO MAS POSIBILIDADES PARA DESARROLLAR MEJORES CAPACIDADES Y TENER UN MEJOR DESEMPEÑO,PARA PASAR DE UN TALLER A VARIOS OPERARIOS Y TENER UNAS GRANDES FABRICAS Y DESEMPEÑAR SUS TRABAJOS .A DEMÁS LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL ESTA  CARACTERIZADA POR EL USO DE LA MAQUINA DE VAPOR  PARA MOVER LAS OTRAS MAQUINAS .


TENER UNAS NUEVAS FUENTES DE ENERGÍA  QUE PRODUCIRÁ CAMBIO ALA DESAPARICIÓN  DE LA SOCIEDAD TRADICIONAL BASADA EN LO RURAL Y CONTROLADA POR LA NOBLEZA Y LA APARICIÓN DE LA SOCIEDAD MODERNA.



lunes, 5 de mayo de 2014

 

El Manejo Sostenible de Suelos


Esta publicación cubre las propiedades básicas del suelo y los pasos en el manejo hacia la fabricación y mantenimiento de suelos sanos. La primera sección trata de los principios básicos sobre suelos vivos y cómo funcionan. En esta sección se encuentran respuestas al por qué son importantes los organismos del suelo y la materia orgánica. La segunda sección cubre el manejo y los pasos para mejorar la calidad del suelo en su predio. La tercera sección cubre historias de agricultores que han tenido gran éxito en mejorar sus tierras. La publicación concluye con una gran sección de recursos y otra información. 







¿Cuáles son algunos de los elementos del buen suelo?

Cualquier agricultor le podrá decir que la buena tierra:
*se siente blanda y se desgrana fácilmente
*desagua bien y se calienta fácilmente en la primavera
*no endurece y hace costra después de plantar
*absorbe las lluvias fuertes con poco escurrimiento de agua
*almacena humedad para los períodos de sequía
*tiene pocos terrones y nada de capa dura
*resiste la erosión y pérdida de nutrientes
*soporta una alta población de organismos de suelo


El proceso de intensificación de la agricultura en nuestro país ocurre simultáneamente con profundos y rápidos cambios en la tecnología y la estructura de producción, lo que ejerce presiones crecientes sobre los recursos naturales, en particular el suelo. Este proceso de intensificación se caracteriza en Argentina por estar basado en sistemas de producción altamente eficientes desde el punto de vista económico, generalmente de monocultivo de soja, pero que en su mayoría no contemplan los pasivos ambientales. Esta intensificación va acompañada de un avance no planificado de la frontera agrícola.

EJEMPLOS DEL MANEJO SOSTENIBLE DEL SUELO

 
*La calidad del estiércol de corral de la finca puede incrementarse descomponiéndolo mejor; con un manejo adecuado de la orina y del estiércol se puede incrementar el contenido de nitrógeno 2 o 3 veces (de 0,5% a 1,5%).

*Abono líquido, puede ser preparado e la orina y de varios extractos de plantas ricas en minerales o en compuestos vegetales secundarios.


*El aumento de la disponibilidad de forraje de árboles y pastos en tierras de tenencia privada, ha mejorado la oferta y la calidad del forraje para los animales.


*El cacahuate o maní, por ejemplo, atrajo la atención de los agricultores como un cultivo que les proporcionaba dinero en efectivo, con un potencial de procesamiento local y comercialización por las mujeres. Los agricultores han adoptado el Fréjol de Cuatro Estaciones.


                                       

 

El suelo es esencial para la vida y sus funciones proporcionan "servicios" ecológicos básicos para el medio ambiente. La degradación del suelo (erosión, sellado, contaminación, etc.) es una gran amenaza para estas funciones y servicios básicos y, por tanto, para el medio ambiente en general. Esta amenaza va inherentemente ligada a otros grandes problemas medioambientales (WBGU, 1995), en particular, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los cambios en el ciclo del agua.



Efectos de los sistemas de labranza sobre la incorporación y descomposición de los residuos.
La descomposición de los residuos orgánicos está regulada por una serie de factores que determinan el tipo de descomposición y de humus que se forma (Cairo y Fundora, 1994). Entre estos factores tenemos el tipo de residuo orgánico, la reacción del suelo, la temperatura, la relación agua-aire y el tipo de microorganismo que actúa en el proceso, por lo que resulta muy importante el tamaño a que son triturados los residuos y la profundidad de su enterramiento.
Según Anger y Recous (1997) la dinámica de la descomposición de residuos de plantas en el suelo es compleja y controlada por muchos factores, incluyendo: disponibilidad de agua y nutrientes, temperatura, naturaleza física y química de los residuos, tipo de suelo y contacto suelo-residuo. Las características de los residuos de plantas (dimensiones de las partículas, naturaleza bioquímica, geometría, daños superficiales) y las propiedades físicas del suelo (textura, distribución y tamaño de agregados y poros, contenido de agua) pueden ser importantes factores que controlen el contacto suelo-residuo.
La superficie de los residuos expuesta a la descomposición puede variar, de acuerdo a la dimensión de la partícula y la localización de los residuos, las cuales pueden ser alteradas por las operaciones de labranza y cosecha. Un incremento de la tasa de descomposición es observada cuando los residuos de cosecha estan en el suelo o cortados finamente en comparación con los residuos intactos (Angers y Recous, 1997).
Según Guérif et al. (2001) la labranza tiene efectos directos e indirectos en la descomposición de los residuos. La labranza afecta directamente la fragmentación y distribución de los residuos, e indirectamente las condiciones ambientales en las cuales éstos se descomponen. Las operaciones de labranza interactúan con el clima (lluvias, régimen térmico, etc.) para determinar las subsecuentes condiciones del suelo en las cuales estos procesos ocurren, y crea una estructura específica de la cama de siembra que afecta las propiedades físicas alrededor de los residuos.
La elección de prácticas eficientes de labranza requieren la consideración de los factores biofísicos relacionados con la descomposición de los residuos, la forma en que la estructura determina las condiciones físicas del suelo y cómo las operaciones de labranza actúan sobre la estructura del suelo y la distribución de los residuos de cosecha (Guérif et al., 2001).
El sistema de labranza de suelos (tiempo, profundidad, tipo e intensidad de labranza) afecta la incorporación de residuos de cosecha y la velocidad de descomposición de la materia orgánica (Etana et al., 1999).
 


El corte de los residuos y la labranza del suelo influyen sobre algunos factores físicos y biológicos del suelo, que afectan la descomposición de los residuos. El corte de los residuos cambia la distribución de las dimensiones de los residuos y su superficie específica en contacto con el suelo (superficie por masa de los residuos), mejorando la colonización microbiana y el intercambio de agua y nutrientes con el suelo circundante (Fruit et al., 1999, citados por Guérif et al., 2001).


La descomposición de los residuos ubicados en la superficie es a menudo más baja que cuando son incorporados en el perfil de suelo (Ghidney y Alberts, 1993; citados por Franzluebbers, 2002), debido a que la humedad es inferior a la óptima. La profundidad de labranza determina la máxima profundidad a la cual los residuos de las plantas son incorporados en la capa arable del suelo, y por consiguiente afecta la distribución vertical del carbono y el nitrógeno orgánicos en el suelo (Etana et al., 1999).
La cantidad de agregados estables al agua (> 0,25 mm) se incrementa con el incremento del carbono orgánico en el suelo y disminuye con el incremento de la energía de rotura de los agregados (Watts y Dexter, 1997).
 

La aradura disminuye el contenido de materia orgánica en las capas superficiales por la incorporación de los residuos en el suelo y la aceleración de la descomposición por el ataque microbiano como resultado de la rotura de los agregados (Green et al., 1995, citados por Stemmer et al., 1999).
La estructura del suelo determina las condiciones físicas alrededor de los residuos. La estructura afecta las transferencias de agua, gas y calor, la resistencia mecánica y el contacto suelo-residuo (Guérif et al., 2001).
 

Según García de Cortázar et al. (2003) la temperatura a la que es sometido el rastrojo de trigo tiene un efecto significativo en la cantidad de rastrojo descompuesto. La cantidad descompuesta se incrementó a medida que aumentó la temperatura media a la que fueron sometidos los rastrojos. En los meses con la temperatura media más baja, el material presentó la menor tasa de descomposición.
La conservación o mejoramiento del recurso suelo en el largo plazo es condición necesaria para la sostenibilidad de un agroecosistema, y en ese sentido es imperativo mantener la materia orgánica del suelo, la cual es factor determinante de la porosidad y por lo tanto de la capacidad de infiltración, retención de humedad, resistencia a la erosión hídrica y eólica, y es fuente básica de fertilidad química (Izaurralde et al., 2000).
 
Los contenidos de materia orgánica del suelo son de vital importancia para proveer energía, sustratos y la diversidad biológica necesaria para sostener numerosas funciones del suelo. El concepto "calidad del suelo" reconoce la materia orgánica del suelo como un importante atributo que tiene un gran control en algunas de las funciones claves del suelo (Doran y Parkin, 1994, citados por Franzluebbers, 2002).
 

La cobertura del suelo con residuos de cosecha (crop residue mulching) puede ser definida como una tecnología por medio de la cual, en el momento de la emergencia del cultivo, al menos el 30 % de la superficie del mismo es cubierta por los residuos orgánicos de la cosecha previa. Es una tecnología que combina efectos de conservación y de productividad. Su potencial de conservación depende de la presencia de residuos de cosecha como cobertura. Esta cobertura provee una capa protectora a la superficie del suelo que es efectiva en la detención de la erosión y en el mejoramiento de la ecología del suelo (Erenstein, 2002).
 



La figura 1 muestra el efecto de conservación del suelo por la cobertura de residuos de cosecha. La cobertura aporta materia orgánica, la cual hace más estables los agregados y estimula la fauna del suelo; reduce el impacto de la lluvia y el sellaje de los poros, lo que junto al incremento de los poros biológicos ocasionados por la fauna del suelo, favorece la permeabilidad. Esta mayor permeabilidad, y la disminución de la escorrentía por las barreras de residuos que permanecen sobre la superficie, contribuyen a la infiltración del agua, con resultados favorables para el cultivo y el suelo. Al existir menor desprendimiento de partículas de suelo, y menor escorrentía, disminuyen los procesos erosivos.